Medición de COVID-19 en aguas cloacales


La amenaza simultánea de una emergencia sanitaria y una crisis económico-social como producto de la pandemia del virus COVID-19 ha impulsado la búsqueda de soluciones de compromiso entre la preservación de la salud pública y de la actividad económica. La detección de casos y el seguimiento de la progresión del virus en la comunidad resulta un punto de partida impostergable, pero dadas las dificultades para realizar testeos médicos en forma masiva surge la necesidad de encontrar alternativas para el seguimiento del avance de casos y la consecuente planificación territorial.

Un período de incubación prolongado y un elevado porcentaje de pacientes asintomáticos han dificultado la detección eficaz del virus, permitiendo su diseminación a escala global. Diversos estudios alrededor del mundo han confirmado la presencia de ARN del virus SARS-CoV-2 en excreciones de pacientes infectados, desde estadíos tempranos de infección e incluso en pacientes asintomáticos. El análisis de aguas servidas en redes de desagüe cloacal ha probado ser una estrategia efectiva en la detección temprana del virus en la comunidad, incluso en forma previa a la confirmación del primer caso clínico, cuando el porcentaje de la población infectada se encuentra entre 0,00005% (1 individuo infectado entre 2.000.000 de individuos) y 0,88% (1 individuo infectado entre 114 individuos), límites que se encuentran en el rango usual de niveles de circulación social del virus observados hasta el momento.

El estudio de aguas cloacales permite la evaluación del estado de una comunidad en el tiempo, resultando una estrategia más económica que el testeo médico de individuos, además de ser no invasiva para la población. La toma de muestras se realiza en puntos estratégicos de la ciudad que permiten diferenciar distintas zonas de interés. Una vez recolectadas, las muestras se envían a laboratorio siguiendo las normas estandarizadas correspondientes. La metodología implementada en laboratorio se basa en el método RT-qPCR: el líquido cloacal recolectado se concentra, se extrae el material genético y se determina su pureza. En caso de ser válida, se procede a la prueba final, similar a la realizada en análisis clínicos.

El análisis epidemiológico de aguas residuales (WBE por sus siglas en inglés) se aplica actualmente en gran cantidad de países alrededor del mundo. Grupos de investigación de todo el mundo han trabajado velozmente con el objetivo de contrastar la validez del método, obteniendo resultados muy satisfactorios. En Holanda, país pionero en la utilización de la metodología, se detectó presencia de ARN del virus en desagües cloacales antes de la confirmación clínica del primer caso en el país. En Estados Unidos, el país con mayor número de infectados en el mundo, instituciones de prestigio internacional como la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) trabajan en conjunto desde inicios del presente año en el estudio de aguas servidas. En Australia, se ha utilizado la información obtenida mediante WBE para estimar el número de habitantes infectados en determinadas regiones, obteniéndose resultados consistentes con los de testeos médicos. Los resultados obtenidos hasta el momento, aunque prometedores, manifiestan la necesidad de continuar profundizando los estudios sobre las variables que afectan a los resultados del ensayo (temperatura, tiempo de viaje del fluido en cañería, dilución en aguas de lluvia u otras) así como la necesidad de coordinación entre los distintos países para lograr resultados estandarizados.

Con los partners tecnológicos IHE DELFT/KWR, se intenta llevar a cabo en Argentina el Sistema Digital de Observación y Manejo de Epidemias (DEMOS por sus siglas en inglés), un sistema propuesto por el Water Research Institute (KWR) en Holanda. El mismo incluye 3 niveles de implementación que permiten incluir las áreas en donde la recolección de información es más complicada, como por ejemplo barrios de bajos recursos o zonas más aisladas que no poseen sistema cloacal. Saber más

La herramienta es utilizada a la hora de analizar la flexibilización de medidas de aislamiento social y será de utilidad para detectar eventuales rebrotes y actuar en forma expeditiva frente a los mismos.

La posibilidad de detectar la presencia del virus en forma temprana y con un reducido número de testeos convierte a este método en la mejor alternativa de monitoreo comunitario para orientar la toma de decisiones en tiempos de pandemia: implementar medidas de control en las poblaciones así como evitar períodos de cuarentena innecesarios, supone un alivio para la delicada situación económica presente y futura. Sin embargo, el monitoreo de aguas cloacales serviría como estrategia de seguimiento complementaria a los testeos médicos: a las ventajas de practicidad y economía relativas a una escala comunitaria se interpone la imposibilidad de detección individual de casos, resultando en este sentido irremplazable el testeo clínico.

Referencias